miércoles, 6 de agosto de 2014

Don't

No me gusta dejar una canción a medias, ni leer por obligación. No me gusta contar calorías ni mirarme al espejo esperando encontrar alguna mejora. No me gustan los jueves..me resultan más molestos que los lunes. No me gusta tener que dar explicaciones más de 4 veces en un día, acaba por convertirse en una inseguridad. No me gusta que me agobie mi habitación. No me gusta discutir, ni no hacerlo por compromiso. No me gustan las frustraciones y las palabras por decir. No me gusta el momento de tomar la palabra con expectativas. No me gusta que mi gata no quiera subir a mi cama por las noches en verano. No me gusta que el agua sepa mal. No me gusta que el ordenador haga ruido. No me gustan las generalizaciones. No me gusta poner excusas (quien lo diría). No me gusta irritarme. No me gusta mi falta de rapidez a la hora de reaccionar. No me gusta juzgar, ni ser juzgada. No me gusta la incapacidad humana de abrir nuestra mente y que el resto pueda entender. No me gusta la inutilidad. No me gustan los colores estridentes. No me gustan los teclados de tecla gruesa. No me gustan los pretextos. Ni que lo normal sea lo que se supone, o lo correcto. no me gusta que los vecinos tengan que estar expectantes a lo que hago o dejo de hacer. No me gusta la falta de libertad. No me gustan tus chillidos. No me gusta la hipocresía (aunque haya caído en ella alguna vez, maldita sea). No me gusta no acabar un libro. No me gusta hacer lo que no me gusta sin darme cuenta. Pero me gusta menos darme cuenta y aún así hacerlo. No me gustan los asuntos por resolver, y menos con personas. No me gusta que me llamen filósofa, si no hay título no hay nomenclatura, ``this is Spain´´. No me gustan los dolores de tripa; ni los chichones; ni las cicatrices. No me gusta que el pan engorde (enserio, que alguien soluciones este mito). No me gusta planchar. No me gusta perder personas por ser inútil (yo). No me gustan los celos, los propios digo. No me gusta la incapacidad (aparente). No me gusta no habértelo dicho antes.

Me dejo cosas, seguro.
Pero a pesar de lo larga que parece la lista, el número de cosas que me gustan supera al de cosas que no.
Lo que pasa es que, cómo se suele hacer, lo bueno nos lo guardamos. Básicamente para que el que quiera saberlo...que pregunte (mejor con un té..con leche.....y mucha miel).

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