- H1G -
El Hombre1 es un hombre púlcro y elegante. Con presencia y credibilidad. Pisa fuerte y no se balancea,, porque no duda. Todos le admiran y respetan por su talante y su ser. No tiene pelos en la lengua porque, objetivamente, ve ridículo callar lo que los ojos ven. Cree en la verdad, la verdad interior, y no llora ante ella. Es decidido y se conoce tan bien que no necesita que nadie le diga como ser o actuar. No fuma, aunque podría hacerlo, pero no lo necesita. Nunca come de más porque no le gustan las cargas ni los excesos; es un hombre equilibrado. Tampoco bebe, mas que agua destilada. Se peina con suma delicadeza y se corta el pelo una vez a la semana. Es coqueto. no le incomodan las miradas porque nunca pierde el tiempo en fijarse en ellas. Odia la manzana; ``la manzana es el deseo puro que brilla deseoso defendido bajo una superficie intachable; es la fruta del débil, de la máscara; ¡maldita manzana que nos viniste a sacar del Edén; babosos lujuriosos los que absorbéis su jugo, temerosos influenciables los que peláis su piel.´´
Sin embargo...nada ni nadie es lo que parece; entonces entra Gonzalo:
Gonzalo tiene manos de mujer y ama. Ama tanto que vive (en sueños) muere (en la realidad) y se rompe por ello. Es un hombre que por mucho que pretenda huir de ella, se enmascara como el resto. Es un esclavo del ano... ``¡qué pobre eres Gonzalo!´´ Está cegado de amor; él es todo forma, esencia pura, vulnerable por Dr. y limitado tristemente por su condición de hombre. Llora por lo que fué y no pudo sostener; por aquella noche cerca de la fábrica de calzado (estaban quemando goma), donde ocurrió todo; luz eléctrica parpadeante; un mendrugo de pan era lo único que le esperaba cada noche al llegar a casa, y que ni si quiera podía comer por el candado que un día el desamor puso en su estómago. Es un hombre frustrado y escondido dentro de sí a causa del dolor; como si viviera en una caja fuerte cuya clave de acceso se esconde bajo el nombre de ``Enrique´´.
``Agonía; soledad del hombre en los sueños de los ascensores y los trenes donde tú viajabas a velocidades inasibles. Soledad del hombre en las esquinas, en los edificios, en las playas, donde tú ya nunca estarás''.
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ResponderEliminarsoledades que se restan, que se desgajan en un escenario sin nombres...tengo que marcharme, lo siento, sabe donde puse mi chaqueta, lo siento, el teclado, ya sabe
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